En el año 1542, mientras realizaba una travesía desde el Océano Atlántico
hasta Asunción del Paraguay, Alvar Núñez Cabeza de Vaca,
divisó las sorprendentes cataratas del río Iguazú y las bautizó
como “Saltos de Santa María”,
nombre que con el tiempo fue reemplazado por su denominación guaraní
“Iguazú”, I: agua, Guazú: grande
(Gracias E de la Puente)