Esta ciudad, Oporto, situada al norte de Portugal junto a la
desembocadura del río Duero, es un lugar muy especial;
tal vez sea ese aire de decadencia que la invade o a la vida que se
respira en ella. Tal vez sean sus elegantes barrios y villas señoriales
en contrapunto con las estrechas calles y viejos callejones que
la UNESCO ha declarado Patrimonio de la Humanidad.
(Gracias E de la Puente)