En raras ocasiones una especie de nuestra fauna cobra el
protagonismo de una ciudad o pueblo. Uno de estos casos
excepcionales lo encontramos en Alfaro, que, en el último lustro,
ha visto cómo su colonia de cigüeñas blancas aumenta su número
de individuos año tras año, dejando perplejos y maravillados
no sólo a sus diez mil habitantes, sino al cada vez mayor
número de personas que se acercan a este rincón de La Rioja
para contemplar tan fascinante y único espectáculo.
(Gracias Jose Luis Ramos)