Vivimos una cultura donde la inmediatez y la instantaneidad
priman y por tanto es normal que la gente le de un alto
valor a su tiempo. Es comprensible que esto suceda
cuando todo el tejido social, desde el trabajo al ocio,
la ciencia y la religión, TODO tiene una vinculación al
tiempo. El tiempo es una fuerza imparable que limita
nuestras vidas, es quien coarta nuestra libertad, quien
nos ata y condiciona qué actividades haremos y durante
cuanto rato.
(Gracias Jose Luis Ramos)