Uno era alto, fuerte, competitivo, de todos los de su edad era
el que más corría, el que mejor montaba a caballo y el más
certero con el arco. El otro, en cambio era más tranquilo,
de formas suaves, le gustaba ayudar a su madre y pasear sólo
por el bosque perdido en sus ensoñaciones.
(Gracias Picche)