Aún, quedan rincones como Tagong, pueblos donde la autenticidad
es lo que abunda. Tagong es una ciudad donde aún no han llegado
a asfaltarse las calles, ni a iluminarse demasiado. Tampoco,
sus habitantes, costumbres y el aspecto se ha vista alterado
en demasía. Es un pueblo pequeño, que se recorre pronto, pero
se disfruta en desproporción a su tamaño, precisamente por su
autenticidad.
(Gracias Barni)