Alejandro Dumas (padre), tras publicar el libro titulado
“El vacío doloroso”, fue visitado por un amigo que le dijo:
- Es un título sin sentido. El vacío no puede ser doloroso.
- ¿Que no? ¡Cómo se ve que nunca le ha dolido la cabeza,
amigo mío!
(Gracias Mercedes Gómez)