El Desierto de Atacama, en Chile, es conocido por ser uno de
los lugares más secos del mundo. Sin embargo, debido a la
cantidad inusual de lluvias invernales asociadas al fenómeno
meteorológico llamado “El niño”, algo sorprendente ocurrió
en este lugar: el desierto se cubrió con un manto de belleza
y color.
(Gracias Kriska)