A poco mas de 200 kilómetros de Berlín y algo más de 100 de
Hamburgo, el Castillo de Schwerin se levanta con todo su halo
romántico y aristocrático. Esta es una zona especialmente hermosa,
con pequeños y grandes lagos. En su interior las salas se suceden
con colecciones invalorables de porcelanas de Meissen, muebles,
pinturas y artesanías del siglo XIX.
(Gracias E de la Puente)