Tradicionalmente los enanos han formado parte de la constelación
de excéntricas figuras que los circos más rancios utilizaban
para explotar las desfiguraciones de su cuerpo y provocar la
carcajada fácil del público. El auge de lo políticamente correcto
fue acabando con estos personajes hasta hacerlos desaparecer de
cualquier espectáculo que pueda ser considerado denigrante. En
Occidente, claro, porque en países como China continúan haciendo
reír. Es más, en el gigante asiático se ha construido para ellos
mucho más que un circo: es El Reino de las Personas Pequeñitas.
Un parque temático de China emplea a 200 hombres y mujeres de
talla baja para diversión de los turistas. El debate está
servido: ¿un degradante zoológico humano o una buena salida
laboral?
(Gracias Jose Luis Ramos)