Hay momentos en la vida en que sobran las palabras,
no precisas un "te quiero" ni decirle al otro "te amo".
Te basta con la presencia porque el silencio ya habla
de lo que duele por dentro cuando el alma desangra.
Un gesto, una mirada, un suspiro una lágrima
hablan tan claro y tan alto que hasta el silencio es palabra.
(Gracias E de la Puente)