¿Qué puede haber tan cotidiano como una nube o un árbol?
Quizás por esa razón el árbol-nube de Madoz se acomode al ojo
sin estridencias, incluso con mayor comodidad que una nube o un
árbol por separado. Una hoja seca, una gota de agua, un aeroplano
o un escritorio manuscrito, el suelo, el cielo, son imágenes y
también rincones multiplicados por la rutina, que la firma visual
del fotógrafo rescata para hacer pensar. Madoz plantea sus obras
"como algo abierto, pero con una serie de claves".
(Gracias E de la Puente)