Contra el azul del cielo este cielo tan limpio
que parece lavado por la mano de Dios
¡qué bien luce aquel árbol, dulcemente inclinado,
bajo el rosado peso de su ramaje en flor!
¡Quién sabe qué de cosas le contará la luna
cuando en las noches viene a conversar con él!
Muchas veces lo he visto extasiado, escucharla