Enormes y afilados acantilados. La primavera y el verano son las
mejores épocas para visitar los fiordos. La naturaleza alcanza su
esplendor tras el largo y frío invierno. El verde de la vegetación
y el azul del agua se suelen ver salpicados por el plateado de las
enormes cascadas y saltos que descienden por las montañas.
Noruega atesora más de mil fiordos, poderosos brazos de agua
salada Patrimonio Mundial de la Humanidad, que se adentran en la