En un frío y tormentoso día de invierno, un viejo amigo me invitó a
salir a tomar una taza de café.
Nos reunimos en su casa y, mientras caminábamos por la calle,
pasamos junto a un pequeño café con un cartel colgado en la puerta
que decía: "Sean bienvenidos, tenemos café pendiente".
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(Gracias Jose Luis Ramos)