Una de las diosas del exotismo multicolor fue esta bella canadiense
nacida con el nombre de Peggy Yvonne Middleton el 1 de septiembre de
1922 en Vancouver. Creció en una familia sin muchas posibilidades
económicas, ya que su padre abandonó a su esposa y a la todavía
Peggy cuando ésta solamente contaba con tres años de edad.
Considerando su belleza y potencial como futura estrella cinematográfica,
la madre presentó a Yvonne a numerosos castings de Hollywood a finales
de los años 30. Sin demasiada fortuna en su objetivo, ambas regresaron a
su país natal. La suerte cambió a principios de la década de los
cuarenta, época en la que Yvonne de Carlo comenzó a participar en