Se dice que Folegandros es la isla de la paz.
La isla es pequeñita y se recorre de maravilla en moto. Merece la
pena descubrir las playas y tomar algo en la plaza principal de
Chora. Desembarcar en Folegandros es encontrarse en la Grecia de
otros tiempos. Iglesias encaramadas en la roca, pueblos inmaculados
y frescos, placitas sombreadas, mesones y rústicos cafés, animados
por el ritmo del baile sirtaki. Pocos turistas y fácil relación con
los habitantes. Los bares sirven divinas ensaladas de hinojo y un