Ya cerca de la feria de Sevilla, nos preparamos el vestido de faralaes, aprendemos a bailar sevillanas, con un vino fino en la mano montamos en un caballo purasangres jerezano y disfrutamos de una feria única en el mundo, donde se vive con intensidad el sentir y alegría de todo un pueblo.
(Gracias Juan Ruiz Ibáñez)